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21/06/2017

Empresas de la construcción son capacitadas en silicosis

Ejecutivos, jefes de obra y capataces conocieron las labores más expuestas a esa enfermedad que puede ser fatal, los procedimientos preventivos y los criterios de fiscalización de la Seremi de Salud y la Dirección del Trabajo.

El objetivo es que en el año 2030 ya no haya trabajadores enfermos de silicosis en Chile.

La meta fijada por el plan nacional contra esa enfermedad lanzado el año 2009 se ha asentado progresivamente, perfeccionando las estrategias preventivas y las acciones fiscalizadoras.

Una de vías de combate es la capacitación a empleadores y trabajadores, razón por la cual la Dirección del Trabajo y la Seremi de Salud, ambas representadas por sus ramas metropolitanas, la Asociación Chilena de Seguridad y la Cámara Chilena de la Construcción realizaron este miércoles un seminario para 100 supervisores, jefes de obra y capataces.

El objetivo fue adentrarlos en el contenido de la estrategia nacional, las responsabilidades administrativas, civiles y penales de los empleadores de trabajadores enfermos y las acciones fiscalizadoras laborales y sanitarias.

La razón de la convocatoria a empresas constructoras obedece a que es el sector económico cuyos trabajadores más expuestos están a contraer esta enfermedad que puede causar cáncer pulmonar y que en su fase terminal provoca insuficiencia respiratoria aguda.

En efecto, aunque la actualización de las estadísticas no es óptima, hace cuatro años se ponderó en casi 441 mil los trabajadores expuestos a esta enfermedad que surge por la aspiración prolongada de polvo de sílice. De ese total, 337 mil laboraban en la construcción. Muy atrás le seguía el sector de minas y canteras, con 98 mil operarios expuestos a ese riesgo.

Toda construcción de edificios obliga a romper concreto, pulir muros, cortar ladrillos, cerámicas y baldosas, además del aseo al final de cada jornada. Todo ello genera el letal polvo con sílice, por lo que las medidas preventivas deben incluir una capacitación profunda y permanente a trabajadores y jefaturas directas y usar procedimientos y elementos de protección acordes con el riesgo explícito de ese tipo de labores.

José Barra, fiscalizador y especialista en prevención de riesgos de la Dirección del Trabajo, expuso los resultados de un programa inspectivo desarrollado en 2016.

De 138 fiscalizaciones efectuadas entre julio y agosto del año pasado, 31 terminaron con multas.

Las infracciones más detectadas fueron: reglamentos internos de orden, higiene y seguridad que no alertan contra sílice, no adoptar y/o poner en práctica las medidas prescritas por las mutuales de seguridad, no informar a los trabajadores sobre los riesgos, no identificar peligros y evaluar riesgos presentes en el lugar de trabajo, no capacitar en forma teórica y práctica a los trabajadores en el uso correcto de los elementos de protección personal y no contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro indicando el agente y/o condición de riesgo.

Estas infracciones motivan multas cuyos montos pueden fluctuar entre $1.869.600 y $2.804.400.