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10/06/2008

La Nueva Realidad de los Derechos de los Trabajadores

El Ministro de Justicia, Carlos Maldonado califica los dos primeros meses de puesta en marcha de la nueva Justicia Laboral como "positivos", y aclara que el naciente sistema "no reemplaza la función de la Dirección del Trabajo. Al revés, le da un complemento adecuado. Siempre ha habido una Inspección del Trabajo bastante proactiva en la defensa de los derechos de los trabajadores, bastante dedicada, muy legitimada ante las fuerzas del trabajo". (Extracto de la entrevista al Ministro de Justicia, Carlos Maldonado, publicada en Boletín Oficial correspondiente al mes de mayo de 2008).

"Uno tiene que ser serio en la vida", dice el Ministro de Justicia, Carlos Maldonado Curti, en un momento de nuestra conversación.

Y esa máxima está muy presente cuando analiza la reforma procesal laboral y los dos meses de puesta en práctica en nuestro país. "Claramente ha sido un buen inicio -manifiesta-, aunque todavía es prematuro sacar conclusiones más definitivas. Falta gran parte del país y que pase más tiempo para poder observar el funcionamiento del sistema y sus resultados, pero es un buen inicio".

Para el secretario de Estado, la nueva justicia laboral es una expresión "concreta, material, del sello social del Gobierno de la Presidenta Bachelet y de su compromiso con la suerte de los trabajadores. Este Gobierno ha buscado, más allá de la retórica, mejorar efectivamente sus condiciones".

¿Cuál ha sido el rol del Ministerio de Justicia en este compromiso?

En eso el Ministerio del Trabajo lleva un papel fundamental; pero nosotros, como Ministerio de Justicia, afortunadamente hemos tenido el privilegio de poder contribuir en una dimensión importante, esto es, en que el conjunto de los derechos de los trabajadores posea un mecanismo para darles aplicación real cuando estos son desconocidos o vulnerados. Uno puede tener muchos derechos, pero si no existe el mecanismo, el instrumento a través del cual hacerlos regir, pueden transformarse en letra muerta.

¿Y eso se logra con la reforma que está en marcha?

Claro, porque a través de este nuevo sistema de justicia laboral: rápido, público, transparente, eficiente y con defensa laboral especializada gratuita, estamos agregando las herramientas para que los derechos laborales tengan eficacia real en cada caso particular. Este no es el gran discurso. Más allá de él, este es el trabajador concreto, que tiene un problema laboral y necesita que los derechos de su contrato específico se respeten. Eso es lo que busca el nuevo sistema de justicia.

¿Una nueva realidad?

Los derechos de los trabajadores están encontrando en las regiones de Atacama y Magallanes una nueva realidad. Hay tribunales modernos, oficinas de defensa laboral especializadas, que vienen a sumarse al rol destacado que ha jugado siempre en defensa de los trabajadores la Dirección del Trabajo. Ahora tenemos una realidad que va a ser creciente territorialmente en los próximos meses, y durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet va a alcanzar a todo el país.
Como dice el decálogo que se preparó, los derechos de los trabajadores no sólo van a estar en la Constitución, en las leyes o en su respectivo contrato, sino también ellos van a tener una herramienta que los haga efectivamente aplicables, reales y vigentes en cada caso concreto, a través de la intervención de la Inspección del Trabajo, primero, y luego de estas oficinas de defensa laboral y de los tribunales especializados.

EXPECTATIVAS LOGRADAS

¿Es esto lo que se esperaba para los trabajadores? ¿Era ese el espíritu del proyecto de ley?

Hasta el momento hemos apreciado circunstancias más bien positivas, porque la verdad es que los trabajadores han encontrado asesoría jurídica profesional en las oficinas de defensa laboral de las corporaciones, y respuestas más rápidas en los tribunales. No hemos tenido reportes de problemas relevantes en la puesta en marcha.

Es decir, se estarían cumpliendo las expectativas.

Las estamos cumpliendo, incluso si pensamos en visiones algo pesimistas que uno escuchaba antes de que empezara el sistema. Y es más, creo que las hemos superado, porque a raíz de la experiencia de los Tribunales de Familia, existían temores de que esta nueva reforma de la justicia -con un sello social tan importante como es que ahora estaban vinculados los derechos de los trabajadores- pudiera tener problemas de aplicación, de operación práctica. Hasta el momento eso no se ha producido, y vamos a trabajar muy seriamente, en conjunto con el Ministerio del Trabajo y con el Poder Judicial, para que esta realidad auspiciosa en las primeras regiones se prolongue luego en el resto del país.

Hablando del Poder Judicial, los jueces, los funcionarios, ¿se han adaptado al nuevo sistema?

Por la información que recibimos de las dos regiones que ya partieron, mi impresión es que sí. De hecho, durante el proceso de preparación tuvimos cursos de capacitación y actividades conjuntas de los abogados defensores y los jueces, y vimos a estos últimos bastante comprometidos con el nuevo sistema. No quiero tampoco pecar de triunfalismo... uno tiene que ser serio en la vida. Esta es una reforma que para tener buenos resultados debe aplicarse con profesionalismo, rigurosidad, con seriedad, y haciendo un monitoreo, una observación bien precisa de cómo está funcionando para consolidarla debidamente en todo el país

En suma, haciendo un balance de esta primera etapa, ¿diría que es positivo?

Nuestro balance hoy día, aunque algo prematuro, pero balance al fin, es positivo. Pero no quiero tocar trompetas de victoria y decir que tenemos una nueva justicia laboral correctamente funcionando en todo Chile. Eso lo vamos a ver en su minuto, cuando ya hayamos cumplido todas las etapas y podamos ver cómo funciona a nivel nacional.

DIRECCIÓN DEL TRABAJO


¿Qué rol le asigna usted a la Dirección del Trabajo en este nuevo sistema procesal laboral?

Sabemos que la Dirección del Trabajo ha sido, es y va a continuar siendo la primera ventanilla para los trabajadores. Hay toda una tradición por la forma en que la Dirección del Trabajo ha cumplido su rol a través del tiempo, y por la posibilidad que tienen de llamar a las partes a un acuerdo y tratar de producir ese acuerdo antes de llegar a un juicio. Me parece que, indudablemente, la gran mayoría de los trabajadores va a seguir recurriendo como primera instancia a las oficinas de la Inspección del Trabajo.

Pero ahora hay nuevos procedimientos, es un nuevo sistema.

Sí, pero eso no reemplaza la función de la Dirección del Trabajo. Al revés, le da un complemento adecuado. Siempre ha habido una Inspección del Trabajo bastante proactiva en la defensa de los derechos de los trabajadores, bastante dedicada, muy legitimada ante las fuerzas del trabajo. Pero un porcentaje importante de casos en los que no se lograba acuerdo en la Dirección del Trabajo pasaba a un sistema de justicia que no tenía la rapidez necesaria, en circunstancias que los trabajadores, en ese momento de conflicto con sus empleadores o ex empleadores, es cuando más necesitan tener certeza de sus derechos y poder contar pronto con los frutos de las protecciones que están ejerciendo.

Y eso ahora cambia.

Ahora los trabajadores van a seguir, como siempre, acudiendo a la Dirección del Trabajo. Pero si allí no se produce el acuerdo, si no se produce el reconocimiento efectivo de sus derechos, van a saltar a las oficinas de defensa laboral y los nuevos tribunales, donde encontrarán una defensa vigorosa y una respuesta rápida desde el punto de vista del juicio laboral.

¿Usted diría que los trabajadores están más amparados?

Lo que se ha hecho es dar un sistema de protección de derechos laborales más completo, donde el trabajador, si no encuentra satisfacción en su primer esfuerzo, en su primer acercamiento, que normalmente es y continuará siendo la Inspección del Trabajo, va a encontrar una buena respuesta en la etapa siguiente, que es ya la judicialización de su conflicto.


Vea la entrevista completa en Boletín Oficial de la Dirección del Trabajo correspondiente al mes de mayo de 2008.