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24/04/2009

Llamado a Fortalecer los Sistemas de Inspección del Trabajo

Con la firma de la Declaración de Santiago de los organizadores y representantes de los países invitados, culminó el Primer Congreso Internacional Dirección del Trabajo para el siglo XXI, realizado en Santiago los días 22 y 23 de abril.

 

El documento fue suscrito por Patricia Silva, Directora Nacional del Trabajo; Raimundo Aragón, Director General de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de España: Paulo Morgado, Inspector General del Trabajo de Portugal; Ruth Vasconcelos, Secretaria de la Inspección del Trabajo de Brasil; María Narducci, Inspectora General del Trabajo y Seguridad Social del Uruguay; Rafael Mastropasqua, Asesor Subsecretaría de la Fiscalización del Trabajo y Seguridad Social de la República de Argentina, y Giuseppe Casale, Director Programa sobre Administración e Inspección del Trabajo (Lab/Admin) Oficina Internacional del Trabajo (OIT).

En una de sus partes relevantes, la Declaración señala que "la proliferación del trabajo no declarado e irregular, del 'dumping social', los movimientos migratorios irregulares, los mecanismos de encubrimiento de la calidad de empleador, la tercerización fraudulenta, la tendencia a la desregulación, la persistencia de discriminaciones laborales, el trabajo infantil, el trabajo forzoso, los incumplimientos en materia de salud y seguridad en el trabajo y las prácticas antisindicales hacen necesario el diseño de estrategias compartidas, resultado de la información y la reflexión común".

Los firmantes, en su declaración de intenciones, consideran "oportuno promover la creación de una Red Iberoamericana de Inspecciones del Trabajo para el intercambio de experiencias, buenas prácticas, la colaboración y el apoyo recíprocos, a la que se invitará a participar a los países interesados".

 

Previo a la firma de la Declaración, el subsecretario del Trabajo, Mauricio Jélvez, se refirió a los Desafíos de la Política Laboral para el siglo XXI. En su exposición destacó que este Congreso se haya realizado en instancias en que la Dirección del Trabajo cumple sus 85 años de existencia, "los cuales han estado marcados por la lucha por una mayor protección social en Chile y un fortalecimiento progresivo de las atribuciones y facultades con que cuenta esta Institución".

Después de resumir los avances en materia laboral en nuestro país -en el ámbito individual y colectivo- desde la recuperación de la democracia, sostuvo que ello no significa que no haya desafíos o temas pendientes.

Incrementar los bajos porcentajes de sindicalización y negociación colectiva son algunos de estos desafíos. "Tenemos que ser capaces de contar con una institucionalidad en materia de derecho colectivo que pueda estar a la altura de las metas que tenemos como país, pero también requerimos contar con actores sociales más empoderados y mejor capacitados".
Por ello, dijo, por mandato de la Presidenta Michelle Bachelet, se ha desarrollado el proyecto de Escuela Sindical o Sistema Nacional de Capacitación Sindical. "Una dirigencia sindical informada, capacitada y más profesional, lejos de constituir una amenaza para los empresarios debe ser considerada como un activo para el país".

Por su parte, el subdirector del Trabajo, Pedro Julio, se refirió a las conclusiones que se desprenden de este Congreso. La globalización, la apertura a nuevas economías, ha significado no sólo una ampliación del mercado laboral en los diferentes países, sino también la generación de nuevas formas de trabajo. "Por ende, la administración de trabajo ha pasado ser un eje central en las relaciones laborales, por cuanto las temáticas se han vuelto en un factor que incide en la competitividad de la economía y en el tipo de sociedad que se desarrolla", expresó.

En cuanto al escenario de crisis actual, manifestó que "el rol de las inspecciones aumenta su centralidad, debido a la vulnerabilidad del trabajo, el cambio en las condiciones en las cuales se desarrolla y la naturaleza de las relaciones laborales al interior de las empresas. La crisis coloca en el centro de la agenda pública el respeto hacia el derecho de los trabajadores y trabajadoras".

Finalmente, concluyó que "este Congreso ha contribuido, a través de lo planteado por los expositores y de las intervenciones de los participantes, a comprender que el fortalecimiento de los organismos de la administración del trabajo no es incompatible con el desarrollo de las economías, sino más bien es una condición irrenunciable para aquello".